Cómo enseñar pensamiento crítico en el aula: Un enfoque basado en la ciencia cognitiva
- Edu Collective Lab
- hace 5 horas
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El pensamiento crítico es una habilidad esencial en el siglo XXI, especialmente en un mundo cada vez más influenciado por la tecnología, la inteligencia artificial y la sobreabundancia de información. En este artículo explicaremos el proceso que sugiere Daniel T. Willingham para enseñar a los estudiantes a desarrollar su "pensamiento crítico" de manera efectiva, basándose en los conocimientos derivados de la ciencia cognitiva y cómo los educadores pueden aplicar estos principios en el aula.
La importancia del pensamiento crítico en la educación
El pensamiento crítico no es solo una habilidad deseable, sino una necesidad en una sociedad que valora la toma de decisiones informada y la participación activa en la comunidad. Según Daniel T. Willingham, profesor de psicología y experto en educación, el pensamiento crítico implica la capacidad de pensar de manera novel (no simplemente recordar hechos) y autodirigida, respetando convenciones que promuevan conclusiones útiles, considerar ambas partes de un argumento y ofrecer evidencia para las afirmaciones realizadas.
¿Se puede enseñar el pensamiento crítico?
Uno de los puntos clave de Willingham es que, a pesar de la creencia común de que el pensamiento crítico es una habilidad innata, en realidad, se puede enseñar. La evidencia sugiere que enseñar a los estudiantes cómo evaluar evidencia, hacer inferencias y resolver problemas complejos mejora sus habilidades cognitivas. Experimentos con estudiantes universitarios, como los realizados en psicología, demuestran que los estudiantes que reciben formación en principios de evaluación crítica obtienen mejores resultados al analizar estudios de investigación.
Cómo integrar el pensamiento crítico en el aula
Para enseñar pensamiento crítico de manera efectiva, Willingham sugiere un proceso en cuatro pasos:
Identificar las habilidades específicas de pensamiento crítico que se deben enseñar para cada materia, como analizar datos, evaluar políticas o comparar modelos.
Definir el contenido relevante que los estudiantes deben aprender para desarrollar estas habilidades de manera efectiva. Es decir, reunir la información y el conocimiento necesarios para comprender el tema en profundidad.
Planificar la secuencia de enseñanza, asegurando que el conocimiento y las habilidades se enseñen en el orden más efectivo. Esto es estructurar el proceso de aprendizaje de manera lógica, comenzando con conocimientos básicos y avanzando hacia proyectos prácticos.
Revisar y reforzar estas habilidades a lo largo de los años, garantizando que los estudiantes tengan suficiente tiempo para dominarlas. Asegurar que los estudiantes vuelvan a practicar y aplicar lo aprendido a lo largo del tiempo, reforzando así su comprensión y capacidad crítica.
La relación entre conocimiento y pensamiento crítico
Un aspecto crucial del pensamiento crítico es que el conocimiento de contenido es indispensable. Los estudiantes no pueden aplicar principios de pensamiento crítico a temas que no entienden profundamente. Por ejemplo, los estudiantes deben tener un conocimiento sólido de la historia para poder evaluar documentos históricos correctamente o de la ciencia para aplicar métodos científicos de manera efectiva. Esto refuerza la idea de que un enfoque contextualizado y disciplinario es esencial para enseñar pensamiento crítico de manera efectiva.
Desafíos y estrategias para fomentar el pensamiento crítico en estudiantes
El proceso de transferencia, donde los estudiantes aplican habilidades aprendidas en un contexto a nuevos problemas, es clave para el pensamiento crítico. Sin embargo, los estudios muestran que los estudiantes a menudo tienen dificultades para transferir lo aprendido a nuevas situaciones. Willingham sugiere técnicas como la comparación de problemas y el uso de analogías para mejorar la capacidad de los estudiantes para identificar patrones y aplicar sus conocimientos a diferentes contextos.
Ejemplo de aplicación de la propuesta de 4 pasos de Willingham a un problema asignado a los alumnos.
Problema: Involucrar a los alumnos en el apoyo a una organización que ayuda a niños con cáncer.
Paso 1: Identificar habilidades de pensamiento crítico: Los estudiantes pueden desarrollar habilidades como:
Conocer y comprender los desafíos que enfrentan los niños con cáncer.
Conocer y evaluar las necesidades de una organización que apoya a estos niños.
Comparar distintas formas de apoyo para cumplir las necesidades de la organización y de los niños como: recaudación de fondos, campañas de sensibilización o creación de paquetes de cuidado.
Paso 2: Identificar el contenido necesario: Los estudiantes deberán aprender sobre:
Qué es el cáncer infantil y cómo afecta a los niños y sus familias.
La misión y el trabajo de la organización que desean apoyar.
Conocer las acciones puntuales que la organización lleva a cabo para apoyar su misión y objetivos.
Historias reales de niños que han recibido ayuda, para conectar emocionalmente con la causa.
Paso 3: Planificar la secuencia de enseñanza: La propuesta de aprendizaje se puede organizar así:
Comenzar con una sesión para desarrollar la empatía y comprender el contexto de los niños con cáncer.
Continuar con sesiones de investigación y lluvia de ideas para definir cómo pueden ayudar.
Diseñar e implementar un proyecto: por ejemplo, una campaña de recolección de cartas, juguetes o donativos.
Paso 4: Planear la revisión de conocimientos y habilidades: Para asegurar continuidad:
Hacer seguimiento del impacto del proyecto con la organización.
Integrar temas como empatía, salud y derechos de la infancia en otras asignaturas.
Fomentar que los estudiantes propongan nuevas ideas de ayuda y compartan su experiencia con otros grados o grupos escolares.
El pensamiento crítico es más que un conjunto de habilidades abstractas. Es una habilidad esencial que debe ser enseñada de manera deliberada y estratégica en el aula. Al aplicar un enfoque basado en ciencia cognitiva, los educadores pueden enseñar eficazmente a los estudiantes a pensar de manera crítica, mejorando su capacidad para tomar decisiones informadas y participar activamente en la sociedad.
El pensamiento crítico no solo prepara a los estudiantes para resolver problemas complejos, sino que también les permite ser ciudadanos informados y comprometidos en un mundo que cambia rápidamente.
Consulta la propuesta teórica completa del Daniel T. Willingham en el siguiente enlace: https://education.nsw.gov.au/content/dam/main-education/teaching-and-learning/education-for-a-changing-world/media/documents/How-to-teach-critical-thinking-Willingham.pdf
Fuente: Willingham, D. T. (2019). How to teach critical thinking. NSW Department of Education. Recuperado de https://education.nsw.gov.au/content/dam/main-education/teaching-and-learning/education-for-a-changing-world/media/documents/How-to-teach-critical-thinking-Willingham.pdf
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